Bienvenido!



Te estábamos esperando ya que éste es el espacio que hemos creado para interactuar con vos en todo lo referente al viaje a Cataratas.

No somos bichos raros (algo que se te podría ocurrir mirando la foto de arriba), aunque los que amamos a la naturaleza parece que somos cada vez menos...o sea que sí...somos bichos raros.

Resulta que, en nuestra experiencia, hemos visto que el turismo es una forma de descubrir y amar la naturaleza. El tipo de turismo que hacemos con vos se llama Turismo Educativo y es posiblemente, el mejor de todos porque significa que vas aprendiendo mientras vas conociendo y podés divertirte y además hay siempre cerca una persona para ayudarte en lo que precises.

Para poder sacarle el mayor provecho se necesitan algunos ingredientes especiales. Algo que todos tenemos pero que rara vez usamos y por eso a veces no sabemos donde (???) los tenemos. Estos ingredientes son: dominio de la concentración y capacidad de asombro (entre otros).

¿Dónde los encontramos?...en el instante bien vivido.

¿Cómo se usan?...mmm, mejor vamos a un caso práctico!

Cuando ingresaste al blog, te encontraste con esta ventana principal, viste la foto del insecto en la flor y tal vez dijiste "qué lindo!", o, "qué feo!", o , "a quién se le ocurrió poner esta foto??!", y luego te dedicaste a leer el texto. Lógico, es lo que normalmente hacemos. Pero, si te fijás nuevamente en la foto y te CONCENTRÁS en los detalles como las pequeñas variantes en el color de la flor, la delicadeza del pétalo, la sutileza de las nervaduras que transportan la vida, y luego, por detrás, ese insecto que no es sólo un bicho verde sino que verás que tiene hasta cierta expresión de curiosidad. Unas manchas en su rostro lo hacen único como tus huellas digitales. Sus antenas tienen un sin número de segmentitos casi imperceptibles y esa patita levantada que parece decir un tímido "hola" o "mejor me voy antes de que alguien quiera aplastarme!"

Así, si te dejás llevar por tu propia concentración, si no permitís que nada interrumpa el instante que vos mismo has sido capaz de crear, tal vez te descubras a vos mismo ASOMBRÁNDOTE de la vida.

Esto es lo que hace la diferencia entre saber que llueve y escuchar la lluvia; andar descalzo o sentir la hierba bajo los pies. Y lo mejor es que podés practicarlo en cualquier parte, en la Selva Misionera como en la maceta del balcón o la plaza más cercana a tu casa.

Es la actitud con la que te invitamos a vivir este viaje y a visitar este blog.

A DISFRUTAR !!!



Bueno, como verás, este es un mapa de rutas. Lindo, a colores, con los ríos bien marcados de un cristalino azul. Sirve para aprender cómo ir y, muy importante, cómo volver.
Podrás preguntarle al tu Coordinador de viaje sobre el recorrido

¿De qué selva hablamos?

Cuando decimos "selva" pensamos en gran diversidad de animales y plantas, pero resulta que no todas las selvas son iguales y hasta se podría decir que cada una de las selvas que hay en el mundo es una joya única ya que la Naturaleza no teje en su telar siempre con los mismos hilos.
La Selva Misionera forma parte de la Selva Paranaense (ver etiqueta "El Corredor Verde") y posee características propias que la hacen diferente incluso de la Selva Ecuatorial, su hermana mayor, por decirlo así.
Es una selva lluviosa subtropical, estrechamente relacionada con la amenazada Mata Atlántica brasileña. Por este motivo. hoy es considerada parte del complejo ecorregional llamado "Selva Atlántica". Se desarrolla sobre un relieve ondulado dominado por una meseta basáltica que alcanza alturas de poco más de 700 msnm en el noroeste de Misiones. El clima es cálido y húmedo con precipitaciones que varían de 1.600 a 2.000 mm anuales. No presenta estación seca. La temperatura media es de 20-21º C. Los suelos son lateríticos, de un intenso y característico color rojizo. De acuerdo a su ubicación latitudinal, si bien no presenta cambios bruscos de temperatura, sí se observa una marcada estacionalidad debido a la variación en la radiación solar lo que hace que aproximadamente el 50% de las especies arbóreas pierdan sus hojas durante en invierno. Así mismo, las plantas están más adaptadas a los cambios de temperatura de invierno y verano que en caso de la selva tropical, aunque esto significa una menor diversidad de flora.

El Corredor Verde



¿Qué es el corredor verde? Ojalá no sea una utopía...

La imagen satelital superior muestra los restos de Selva Paranaense, que en realidad es el nombre de la selva que otrora abarcara gran parte de Paraguay, el sector sur de Brasil colindante a nuestra frontera y casi toda la provincia de Misiones. Por lo tanto es una extensión mucho mayor de lo que normalmente llamamos Selva Misionera.

Si observás la imagen, verás pixeles verdes que corresponden a vegetación y otros (la mayoría) que varían entre gris, rosado y lila y corresponden a ciudades y zonas deforestadas para destinarlas principalmente a actividades agropecuarias.

De la antigua Selva Paranaense sólo queda en Brasil un 5%, en Paraguay un 20% y en Argentina un 45%. Por ello, considero que el Corredor Verde es más que nada una esperanza. Sin embargo, esta "esperanza" está regida por Ley y tiene por objetivo mantener amplios sectores de selva para permitir a las especies de flora y fauna tener casa y comida.

Dicho en términos más ecológicos, las especies necesitan de territorios propicios y con la extensión suficiente para asegurarles el alimento, el refugio, la posibilidad de encontrar pareja y reproducirse y sostener a sus descendientes. Esto es lo que conocemos como nicho ecológico. Si una especie pierde su nicho ecológico, literalmente no existe (al menos en ese lugar).

Esta es sobrada razón para darle vida al corredor verde y no dejar que se convierta en una linda idea que no pudo ser...

Para profundizar sobre este tema y revisar el marco legal, hallarás un vínculo en el sector correspondiente.







Mirá qué lindas las mariposas argentinas!!!


Es fácil ver estos insectos en Cataratas. Recordá que son delicadas. Si se apoyan sobre tu ropa o tus manos, por favor!, no las toques. Si no hacés movimientos bruscos posiblemente se queden con vos el tiempo suficiente para que puedas observarlas con comodidad. Una de las que se observan aquí se conoce como "ochenta" y seguro descubrirás cual es.


Podés visualizar fichas educativas sobre este tema si te dirigís al vínculo correspondiente de la
Fundación Vida Silvestre Argentina, en el área de Educación Ambinetal.


Leyenda del Irupé

Cuenta la leyenda, que la india Morotí y el indio Pitá se amaban. Él era fuerte y valiente y ella, dulce y hermosa.
Un día, mientras paseaban por la orilla del río, Morotí, a modo de prueba, arrojó su brazalete al agua para que lo rescatara Pitá y el indio, enamorado fue tras el brazalete sin demora. Aunque la prueba no parecía difícil, pasaron los minutos sin que Pitá volviera a emerger.
Desesperada Morotí se sumergió también buscando a su amado, pero así como él, no volvió a la superficie.
Al amanecer del día siguiente,
los indios vieron en el río una flor extraña
resultado de la fusión amorosa de Morotí y Pitá.
En sus pétalos blancos se encuentra
la belleza y pureza de Morotí, y el los rojos,
la intrepidez y valentía de Pitá.





Lo que no es leyenda es que el Irupé (Victoria cruciana) es una planta propia de aguas tranquilas y profundas de los ríos de la Mesopotamia.
Sus hojas pueden llegar a medir 2m de diámetro y poseen un reborde de unos seis centímetros de alto, el cual impide que el agua las penetre. De allí el nombre Irupé que en guaraní significa "plato sobre el agua". Tal forma les permite a las hojas sostener grandes pesos, por lo que puede observarse a las aves y hasta algunos mamíferos pequeños reposando dobre su superficie, especialmente en períodos de inundación.
La parte superior de las hojas es de un verde brillante y la inferior, en cambio, es rojiza y surcada por las nervaduras. Se encuentran sostenidas por un largo pecíolo y a continuación un rizoma que llega hasta el fondo arraigado en el lodo.
Las flores son grandes y muy aromáticas, blancas al principio, van tornándose rojizas a medida que transcurren los días.
El fruto es globuloso y recibe el nombre de maíz de agua y las semillas que contiene pueden comerse una vez tostadas.
Es llamada "la flor de América".